De cómo un martes a la hora del desayuno cambia tu visión del mundo... Accesibilidad web
NURIA FRUCTUOSO 05 Mayo 2017

Hay veces en que un breve momento, un hecho cotidiano, tiene el poder de causar un gran cambio en la forma de pensar de
una persona. Y ese cambio lleva a realizar acciones que suponen a su vez otros cambios en su entorno cercano. Es la suma de
esos cambios lo que al final provoca cambios mayores que en algún momento, algunas veces, mejoran el mundo.
Una mañana, a la hora de desayuno, entré en la mini cocina de Neosistec y un compañero me preguntó de entre dos cápsulas de café, cuál era el
descafeinado.
En ambas venía escrito el tipo de café y si se hubiese tratado de otro compañero me habría reído y le habría dicho la primera tontería que me
hubiese venido a la cabeza.
El caso es que quien lo preguntaba era Pedro. Y Pedro Esquiva es ciego.
Yo hasta aquel momento era de las personas que creía que podía entender las dificultades de una persona con una discapacidad de ese tipo, ya
que siempre me he tenido por una persona bastante empática.
Pero fue en ese momento, cuando algo dio una vuelta en mi cerebro. Realmente fue ahí cuando me di cuenta. Si para un hecho tan cotidiano y
sencillo como tomar un café Pedro necesitaba ayuda, ¿qué ocurría con todos los demás momentos de su día a día?
Es cierto que en la empresa llevamos tiempo trabajando en tecnologías destinadas a la ayuda de personas con discapacidad visual, pero estoy
convencida de que a todos mis compañeros les cambió el modo de ver este trabajo cuando Pedro empezó a formar parte del equipo.
Todas las empresas deberíamos tener la responsabilidad de revertir parte de lo que conseguimos en mejorar un poco la sociedad. Esto debería
ser así sin necesidad de leyes que nos obliguen. Simplemente por conciencia social. Lo que se llama desde hace bastante tiempo Responsabilidad
Social Corporativa. Pero no la que sirve para que quede bonito y mejore la imagen, sino la de verdad.
No es necesario realizar grandes inversiones. A veces basta con pequeños gestos. Por ejemplo, hacer las web accesibles. Suena a complicado y
caro pero os sorprendería lo asequible que es y lo mucho que puede mejorar la calidad de vida de algunas personas.
Porque con la accesibilidad web, logramos que personas que hasta ahora no tenían acceso a miles de contenidos (como leer un periódico o hacer la
compra online) puedan realizar tareas que para todos nosotros son tan triviales.
Y no sólo hablamos de personas discapacitadas. También hablamos de personas que por edad o formación, tienen dificultades para acceder a la
navegación.
La accesibilidad web está al alcance de todos. Basta con llevar a cabo una serie de directrices que están muy bien especificadas y que cualquier
empresa puede implementar de manera rápida y sencilla.
Nuestros amigos de la Universidad de Alicante lo explican muy bien en este enlace
http://accesibilidadweb.dlsi.ua.es/ y nosotros, desde Neosistec, estaremos encantados de
ayudaros a resolver las dudas que tengáis a este respecto.
Recordad que todo suma y que a veces incluso el resultado es mayor que la suma de las partes. Merece la pena. ¿No creéis?